Cierro los ojos y he ahí la sombra con la que comparto mas de la mitad de mis sueños... escabullirse es su mejor solución ante mi impaciente búsqueda. Encontrar un rostro, una mirada, perlas expresivas, cálidos labios... es difícil ante una reacción espontánea. Abro mis ojos... ahí esta una vez más mi silueta dibujada en el suelo por los rayos del sol, siguiendo cada paso mío pero burlando a la par mis reflejos. Al cruzar por este vacío, este espacio perteneciente a esa sombra, llega la necesidad de explorar a través de mi mente, los pensamientos, las ideas, las acciones, los deseos, los lazos, los temores. Sacarlos de su faz es plasmar en largos ratos su belleza, frente a un papel, dentro de una melodía, en boca de un escrito o tan solo en estados... está siendo la ultima opción, pero la primera reacción. Viviendo siempre a expectativas del tiempo, de los paradigmas que han rodeado mi vida a costa de los generales, olvidando siempre lo que mi ser interno me pide.
Dar un paso adelante significa distorsión continua de destino... cruzar vidas, historias, tan solo miradas, valorar cosas y otras veces despreciarlas sin razón, tomar caminos, tener decisiones, olvidar sentimientos, renovar pasiones, conocer corazones cercanos a profundidad, y demás.
Pero dar un paso atrás significa giro constante y frecuente... no saber más allá, quedarse en un solo razonamiento, mirar siempre la misma tragedia o quizá la misma aventura que pronto será aburrida y sin efecto.
Mientras mi desvalido juicio causa conflicto a mi ser, que involucrado esta... mis manos vierten en una tablilla de madera un poco de pintura viscosa, esta teniendo un tenue color azul; aquél lienzo espera que estas ideas la complementen formando así un concepto.
El cielo requiere uniformidad, el sol su propio espacio, las nubes su consistencia, ¿casas? ¿personas?, y estas...¿sonríen o lloran? ... existente perspectiva, viento, luz, reflejos... mis manos toman control y continúan absorbidas por una inercia total.